"Tengo 422 amigos y, aún así, estoy solo...". Así comienza el vídeo que acompaña esta entrada. Sin duda, un vídeo para reflexionar. Un vídeo que me vuelve a provocar una serie de preguntas que me vengo haciendo cada cierto tiempo, algunas con respuesta evidente que se intuye en la misma pregunta y otras sin respuesta por mi parte, al menos por el momento.
Me animo a plantear de forma intencionadamente desordenada estas preguntas ¿reflexiones? que, planteo al hilo del citado vídeo. Ahí van:
- ¿Partidario de la conexión permanente o de la búsqueda de espacios de desconexión?;
- ¿por qué los que nos dedicamos al mundo de la educación no debatimos suficientemente sobre lo que está sucediendo respecto a este tema;
- ¿valoramos de forma crítica los indudables aportes de las tecnologías, sí, también en la educación?;
- ¿luchamos por reducir la brecha digital entre los que tienen y los que no, entre los que saben y los ignorantes involuntarios?;
- ¿nos cercioramos de las satisfacciones que generan las relaciones presenciales, sin renegar del otro tipo de relaciones?;...
...y así hasta más de 30...
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