Cuando a mediados del pasado mes de marzo se decretó el confinamiento en España, que sucedió y precedió a situaciones similares en gran parte de países del mundo, pensé que mi aportación a este desastre sanitario, debería ser concordante con lo que he venido haciendo, enseñando, investigando, reflexionando..., en las últimas décadas. Además era una petición que desde primeros de marzo pasado, algunos colegas me hicieron y algunas instituciones iberoamericanas me sugirieron.
Me puse a ello, inicialmente con el objetivo de ayudar a aquellas instituciones que bruscamente se vieron empujadas a unas prácticas docentes bien alejadas de lo que les era propio. Después fui introduciendo algunas entradas que pudieran dar luz a sistemas a distancia más asentados, que ayudaran a mejorar sus acciones pedagógicas y, finalmente, el torbellino de la problemática de la evaluación en línea que tanto ha venido preocupando en las últimas semanas a instituciones, docentes y estudiantes, la evaluación no presencial, síncrona y en línea, fueron el objeto de estas entradas.