Tal y como les avancé en entrada anterior, en ésta y en próximas entradas les voy a trasladar, con algunos matices y actualizaciones, el artículo que sobre blended-learning, publiqué en RIED 21(1), en 2018. Para hacerlo más digerible, me ahorraré las numerosas citas y referencias que aparecen en el artículo. A él les remito para su consulta.
En tiempos de confinamiento y post-confinamiento, que no sabemos hasta cuándo durará. Y si finaliza (aparición de vacuna, medicina curativa, etc.), cuánto de lo aprendido perdurará, me pareció bien desarrollar este tema de la docencia, educación, enseñanza, aprendizaje..., combinados, híbridos, mixtos, duales, etc. En esta entrada me referiré brevemente la real convergencia de sistemas.
Entre las instituciones educativas o programas unimodales, de sólo educación a distancia, perduran algunos que aún no cuenten con servicios virtuales avanzados. Se trataría de instituciones que continúan impartiendo una educación a distancia de corte convencional, dirigida fundamentalmente a sectores de la población con problemas de acceso a las tecnologías y a la conectividad. Este modelo está en extinción, aunque puede seguir siendo necesario para ese tipo de poblaciones existentes en países del mundo subdesarrollados o en vías de desarrollo. Esa educación a distancia basada en soportes texto impreso, teléfono, correo postal y radio puede continuar prestando un servicio inestimable en algunas zonas del globo cuyas condiciones orográficas, socioeconómicas o tecnológicas impiden implementar aún una educación a distancia soportada en sistemas digitales y de telecomunicación.
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