miércoles, 9 de mayo de 2012

De la escuela que no quería, a los nuevos retos educativos (y III)

Vista aérea terrenos Escuelas V.Guadalupe - Badajoz
El pasado domingo 29 de abril realicé en este Blog una introducción a tres entradas posteriores, relativa a los 50 años de las Escuelas Virgen de Guadalupe de Badajoz y tal como señalé en aquella entrada, me estoy permitiendo transcribirles íntegramente el texto de la conferencia que pronuncié el pasado 20 de abril en el Acto Institucional de conmemoración del medio siglo de vida de esta institución. Lo estoy haciendo en tres partes, en tres entradas de este Blog. En la primera, durante la conferencia, realicé la introducción, contextualicé el tema y les referí sobre "la escuela que no quería". La segunda entrada la dediqué a proponer brevemente la segunda parte de la conferencia, los cambios que se han producido en la sociedad, apuntando a los cambios tecnológicos, y que tanto afectan a la escuela. Terminaba la conferencia, ésta tercera entrega, con unas breves reflexiones finales. Tras las notas extensas que me sirvieron de apoyo para la conferencia, he tratado de reconstruir todo lo que allí dije, exceptuando las anécdotas y apuntes pegados a la realidad pasada que no entenderían los lectores de este Blog. 
__________________________________________

4. Reflexiones finales

Inicio esta última parte de mi conferencia dando un toque de atención: la pedagogía y, naturalmente, nosotros no debemos amoldarnos sin más a la tecnología, no debemos ser dominados por ella, pero tampoco debemos dejar de aprovechar las posibilidades innovadoras que ésta ofrece. Y, otro toque, que no toca tratar hoy, debemos afanarnos para que la tecnología en el aula no cree más problemas de los que trata de solucionar.

Sin embargo, amigos, la realidad es esa, la que he tratado de resumirles a lo largo de esta exposición, las TIC, Internet, han venido para quedarse. Si no se tiene visión de futuro, si no se analizan las necesidades de hoy y las que lo serán mañana, nos costará mucho más adaptarnos y, si nos dejan, tratar de ser vanguardia en un mundo desarrollado. Y, en definitiva, sin esa visión nuestro país y nuestra sociedad, perderán.

¿Qué les pido a los agentes educativos (poderes públicos, sociedad, familia, escuela, docentes…)? Pues que, si bien es cierto que es obligación de todos esa previsión y adaptación al mundo de hoy, siempre habrá que hacerla sujeta a la formación de la persona como persona (tampoco toca hoy) con sus valores inherentes y desde una opción educativa paterna que debe ser libre y respetada.

En fin, para ir concluyendo me dirijo a los diferentes estamentos y colectivos de esta comunidad educativa.

Queridos profesores, queridos colegas, fue una suerte coincidir con muchos de vosotros en aquellos tiempos heroicos sin más tecnología que aquel proyector de diapositivas que siempre se atascaba cuando intentábamos "poner cine” (decían ellos) a nuestros alumnos. La entrega suplía aquellas deficiencias. Queridos colegas de hoy, de vosotros depende, más que de los jesuitas, que esta escuela continúe siendo faro en la educación extremeña.

En esos próximos 50 años que empiezan hoy, un mensaje a vosotros, los docentes: Vosotros y yo, nos formamos en otra generación, también los más jóvenes, no pretendamos formar a nuestros alumnos sólo con lo que aprendimos. Cambió todo demasiado. Por eso, deberíamos:
  • Enseñar algo de lo que se sabía ayer,
  • mucho de lo que no se sabía entonces, pero que se sabe hoy,
  • adelantarnos y prepararlos para lo que no se sabe hoy,
  • y disponerlos para lo que podrá saberse mañana porque habrán de desenvolverse no en el mundo de hoy. 
Tarea compleja que estoy seguro que vosotros estáis dispuestos asumir. Porque, convenzámonos, aunque el futuro no lo veamos y esté por venir, desde la escuela podemos influir para que sea mejor. Y ello se logrará sembrando en buena tierra y cuidando esa siembra.

Pistas deportivas
Padres, estad tranquilos y confiados, aunque no quietos. Vosotros sois los primeros responsables de la educación de vuestros hijos y tenéis la obligación de conocer el qué y el cómo se educa en este centro. Confiar no es abandonarse al hipotético buen hacer de un centro educativo. La siembra la deben hacer coordinadamente la familia y la escuela.

Alumnos, aprovechad cuánto de bueno se os puede dar. La edad que ahora tenéis no vuelve. La formación, la conformación de vuestra personalidad, las bases de vuestra conducta futura se construyen desde aquí. Familia y escuela conforman los pilares más preciados para convertirnos en personas íntegras.

Personal de servicios y de administración, a veces otros ignoran cuán importante es la misión de gente que hace posible que esto funcione. Sin vosotros no sería viable nada de lo dicho anteriormente.

Jesuitas, aquí sitúo el momento de decir, gracias a la Compañía de Jesús. Gracias por la visión que tuvisteis de generosidad y espíritu cristiano al echar el resto (me consta) en este centro en menoscabo de otros de mayor raigambre, posibilidades y reconocimiento en España. Extremadura, la ciudad de Badajoz, deben estar eternamente agradecidos, desde el P. Benigno López y sus campañas de la perra chica para recaudar fondos destinados a construir este centro, hasta el actual Director del centro y Provincial de la Compañía. Creo que un trocito de vuestra misión en el mundo puede verse reflejada en el empeño de tanta gente buena y preparada de vuestra congregación que dejaron espléndidos años de su vida al servicio de estos niños, de estos adolescentes y jóvenes que hoy se encuentran aquí y de centenares de profesionales competentes dispersos por distintos puntos de España que ponen en práctica cada día buena parte de los conocimientos y valores que desde aquí se les transmitieron y que, me consta, siempre agradecerán la labor que se llevó a cabo con ellos, que hizo posible el empeño que los jesuitas pusieron por levantar este centro precisamente en este barrio entonces tan humilde de la ciudad de Badajoz.

Termino

Dentro del grupo no demasiado numeroso de Catedráticos de Teoría de la Educación de las Universidades españolas me considero un privilegiado. Buena parte de ellos concluyeron sus estudios universitarios y se engancharon en la Universidad. Son teóricos de la educación (la mayoría de ellos, excelentes) que en bastantes casos casi no pisaron un aula ni desarrollaron práctica docente alguna fuera de la Universidad. Mi caso es diferente, los 22 años de ejercicio profesional como docente y directivo de un centro complejo como Guadalupe me dieron alas para integrar, ya desde la Universidad, práctica y teoría para que, de verdad, la práctica alimentase a la teoría con el fin de que a su vez la teoría iluminase futuras prácticas educativas.

Vista parcial de talleres
Creedme, las Escuelas Virgen de Guadalupe me deben mucho (también la UNED), sí, me deben mucho, como a todos los que pasamos por aquí. No sé si siempre eso se ha reconocido suficientemente. Me deben, pero eso que me deben estas escuelas (también la UNED), no es NADA comparable con lo que yo le debo a estas dos instituciones. En lo que respecta a las Escuelas Virgen de Guadalupe, vosotros, queridos jesuitas, compañeros religiosos y seglares, en mí también sembrasteis y creo que lo hicisteis en tierra buena. Los 22 maravillosos años aquí trabajados conformaron gran parte de lo que soy. La siembra creo que dio su fruto, porque cierto que yo sembré pero en mí también dejasteis muchos recuerdos inolvidables. Aquí, además, se educaron inicialmente mis dos hijos varones. Y aquí trabajó mi esposa 12 años, también mis hermanos dieron años de su vida a esta comunidad educativa. ¿Cómo no tener una deuda con este Centro? Un poquito de ella he tratado de pagarla con esta conferencia.

Amigos, un recuerdo final a los jesuitas, seglares, docentes y no docentes, a los alumnos que ya nos dejaron para siempre pero que de una forma u otra pusieron más o menos de su vida para que hoy llegásemos hasta aquí con tantos objetivos superados.

Jesuitas, seglares, seguid sembrando para que dentro de 50 años, no sé ni me imagino en qué formato, se pueda celebrar con el mismo orgullo el 1º Centenario de estas Escuelas.

1 comentario:

María del Carmen Moreno Vélez dijo...

De esta lectura me llevo, por hoy, esto:

"Por eso, deberíamos:
- Enseñar algo de lo que se sabía ayer,

- mucho de lo que no se sabía entonces, pero que se sabe hoy,

- adelantarnos y prepararlos para lo que no se sabe hoy,

- y disponerlos para lo que podrá saberse mañana porque habrán de desenvolverse no en el mundo de hoy."

Y agrego:

Los docentes tenemos el privilegio de disponernos a aprender algo de lo que se sabía ayer... Tenemos el compromiso de aprender, desde nuestros intereses, sobre aquello que no se sabía, pero que ya se sabe... la oportunidad de aprender sobre lo que podrá saberse mañana porque TENDREMOS que desenvolvernos en el mundo en constante desarrollo, diferente al de hoy y donde encontraremos otros escenarios para nuestro desempeño académico y social.

Gracias al profesor García Aretio por mantener encendida la llama que nos muestra caminos hacia nuevas reflexiones.
Mil gratos recuerdos desde Bogotá,

María del Carmen Moreno Vélez