martes, 25 de octubre de 2022

Una fundación frente al cáncer infantil.


Esta es la segunda de las dos causas, dos necesidades, dos compromisos a los que aludí hace dos entradas de este blog. Hablaba allí del compromiso, de los problemas cercanos, de la sensibilización, etc.

En la entrada anterior me referí al primero de estos dos compromisos, la ayuda a los enfermos con enfermedades neurodegenerativas, alzheimer principalmente, enfermedad más habitual de personas mayores. Hoy le damos la vuelta a la vida y miramos a los niños y adolescentes. Y si me permitís, a una niña muy, muy especial, a Elena Tertre Boyé, nieta del hermano de mi esposa, hija de una querida sobrina mía. La niña me tocaba de cerca como sobrina-nieta. Pero más de cerca por el conocimiento de ella y de toda su familia íntima, especialmente de sus padres que son algo especial.


A Elena, a sus 15 años, le diagnosticaron osteosarcoma que es un tipo de cáncer poco frecuente, que se origina en los huesos y que suele afectar a niños y adolescentes. Comienza cuando las células del cuerpo empiezan a crecer de forma descontrolada. En niños, adolescentes y adultos jóvenes, suele originarse en zonas en las que el hueso crece rápidamente, como cerca de los extremos de los huesos de las piernas (rodillas) o los brazos (hombros), aunque el osteosarcoma puede desarrollarse en cualquier otro hueso.

Elena murió a los 17 años. Fue una niña muy singular en sus escasos años de vida y, especialmente, en esos dos años que transcurrieron desde el diagnóstico hasta el fallecimiento. Era una preciosidad de criatura, por fuera, pero, especialmente, por dentro. El pasado lunes 17 participábamos en una misa por el tercer aniversario de su fallecimiento.

Sí, Elena fue una niña fuera de lo común, alegre como pocas, generosa, todo lo compartía, nada era suyo, cariñosa con todo el mundo, educada y ejemplar, y con un profundo sentido cristiano de la vida, inculcado por sus padres y por el colegio en el que se formaba. Elenita, para su familia, para sus profesores, para sus amigos, para el cuerpo sanitario y terapeutas que la trataron, fue un auténtico regalo.

No es lugar para explicitarlo, pero resultaba sumamente edificante y extraordinario lo que hacía y expresaba en los últimos días de su vida, cuando ella misma sabía que todo tocaba a su fin. ¡Para enmarcarlo!


Esta niña fue, y sigue siendo, luz para muchos, lo merece todo. Por esta niña puede uno comprometerse. Y ese legado, esa bandera, tras tiempo de reflexión, de maduración de una tan terrible pérdida, la tomaron sus padres, Elena y David. No se les ocurrió otra cosa que tratar de devolver a la sociedad lo mucho que recibió Elenita y recibieron ellos de tantos excelentes profesionales, de tantas personas que se volcaron por sanarla, por resistir, por hacerle los últimos meses de su vida lo más gratificantes que pudieran.

Así, Elena y David, sus padres, dos seres entrañables, comprometidos y generosos, se fueron rodeando de personas entendidas, de profesionales, de amigos, con el fin de preservar el legado de Elena y, hace una semana, con la iniciativa e impulso de sus padres, ha visto la luz este proyecto ilusionante, la Fundación Elena Tertre, fundación que pretende, con el apoyo de todos:
  • Ayudar en la investigación del osteosarcoma para que la ciencia consiga encontrar una cura a este cáncer que muchos niños no logran superar.
  • Ayudar a mejorar la calidad de vida de los niños enfermos y a las necesidades que tengan sus familias.
Elenita con su madre, también Elena

Ya saben lo de grano a grano se hace granero. Por pequeña que sea la ayuda, tengan absoluta tranquilidad que servirá a los fines de este proyecto. Además de las diferentes formas de apoyo, ayuda y solidaridad con los dos proyectos o iniciativas que he tratado en estas dos entradas anteriores (una y dos) para la Fundación Elena Tertre, en concreto, podéis ayudar:
Bien saben mis amigos y seguidores que, tanto en el tema anterior, Asociación frente al Alzheimer, como en éste de hoy, me he salido de mi línea habitual en artículos, conferencias, blogs y redes sociales. Y no es que antes no existiesen problemáticas similares, sencillamente, como humano, cuando te toca tan de cerca o cuando personas de tu entorno familiar tienen las agallas de sacar adelante un proyecto para ayudar a otros, no te puedes quedar parado y en silencio.

Yo os estoy pidiendo ayuda para estos dos proyectos, pero soy igualmente feliz si ya estáis comprometido con otras iniciativas y proyectos de corte similar. Si no es así y se te removió una mínima parte de tu conciencia, te esperamos, necesitamos tu ayuda o la de otros con quienes hayas podido contactar y compartir.

Mis agradecimientos se cuentan por millones si leísteis estas tres entradas (una, dos y tres). Gracias a todos.

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